Eyaculación precoz
La eyaculación precoz es la disfunción sexual más buscada en Internet y la que más preocupa a los hombres de nuestro país. Por ello, constantemente están buscando solución, unas veces centrándose en cambios rápidos y poco efectivos y otras acudiendo a terapia psicológica-sexológica con la intención de descubrir qué les pasa.
Es importante que, como profesionales de la salud, lo primero que trabajemos sea la eliminación del término “eyaculación precoz” de nuestro vocabulario. Algunas os preguntaréis el porqué de tal acto y a nosotras no nos importa daros un par de razones:
-La eyaculación precoz es un constructo social. Está basada en el cambio en las relaciones sexuales, pero la realidad es que, biológicamente, los hombres y el resto de los machos de otras especies están preparados para eyacular rápidamente. Esto ocurre por varios motivos: poderse reproducir con todas las hembras potenciales para que haya más posibilidad de aumentar el número de ejemplares de la especie, no permanecer quieto en un lugar mucho tiempo para que no haya posibilidad de ataque por parte de los predadores y no hacer daño con el peso a la hembra en caso de especies muy pesadas – como son los paquidermos-.
-Otra razón es lo negativa que es esta definición para los hombres. Un hombre puede llegar a utilizar esta palabra como método para definirse a sí mismo y pasar a considerar el tiempo que tarda en eyacular como una característica constante e inmodificable de su persona.
Por lo tanto, como ya se ha comentado, hay que modificar este constructo y cambiarlo por otro. Y, ¿por cuál lo cambiamos? Pues para nosotras es necesario pasarlo a otra óptica más positiva y explicativa como es determinar que hay una falta de control de las sensaciones. En el caso de los “eyaculadores precoces” lo que está ocurriendo no es tanto que tarden uno o dos minutos, sino que no eyaculan cuando ellos quieren y no saben identificar cuál es el momento de inminencia eyaculatoria que indica el punto de no retorno; si pasamos ese punto ya no podemos parar el proceso de eyaculación. Así pues, los objetivos en terapia no irán tan encaminados a aumentar el tiempo que se tarda en eyacular, sino en aprender a identificar tus sensaciones, saber cuándo se está más excitado o no y poder bajar el ritmo cuando se quiera, con el objetivo de “durar más”. Partiendo de ese punto, tardar uno o veinte minutos será una elección personal que dependerá de cada hombre y de su pareja.
Otro objetivo importantísimo para trabajar en terapia es aprender a barajar otras opciones sexuales. Muchos de los hombres que acuden a consulta consideran el coito -la introducción del pene en la vagina- como única opción sexual, por lo que eyacular sin desearlo pasa a ser un impedimento para esta práctica. A la vez que se trabaja la adquisición de control en la eyaculación, se aprenderán otras técnicas sexuales para que la sexualidad de una pareja no se limite a una eyaculación y se pueda disfrutar de otro tipo de opciones, como son los masajes, la masturbación de la pareja o prácticas más sencillas como descubrir lugares insospechados que despierten nuevas sensaciones teniendo como máxima meta disfrutar y comunicarse con la pareja.
Las técnicas utilizadas para trabajar en terapia dependen de cada terapeuta (cada maestrillo tiene su librillo), pero todas pretenden cumplir los objetivos comentados anteriormente para potenciar la sexualidad, desarrollar otras formas de alcanzar el placer sin depender de la eyaculación y aprender a controlar las sensaciones con la escucha activa del cuerpo.
Si te interesa saber más sobre este tema y quieres conocer nuestra opinión, no dudes en ponerte en contacto con nosotras a través de los teléfonos que encontrarás en la web y en el correo hola@elplaceresnuestro.org, porque nuestro principal objetivo es ayudarte a alcanzar el mejor estado personal y sexual.