El ayuntamiento de Madrid ha lanzado una campaña contra la explotación sexual y desde El placer es nuestro pensamos que este movimiento debería darse en el resto de las ciudades españolas. La prostitución existe en todas las esferas sociales, la ejercen mujeres de todos tipos y está a la orden del día, pero lo que está claro, y quien no quiera verlo es porque usa una venda muy grande y oscura, es que la mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución no lo hacen porque quieren sino porque son obligadas a ello.
La campaña promovida por el ayuntamiento madrileño tiene un lema impactante: “Ahora ya lo sabes. Paremos la explotación sexual”. En dos frases, en ocho palabras, dejan claro que sí tú eres cliente, eres cómplice de la explotación sexual, y ayudas a que las mafias sigan engañando y traficando con mujeres, haciendo de ellas simples marionetas al servicio de tu disfrute sexual y el de otros hombres.
En España muchas personas opinan que no son nadie para decidir si la prostitución está bien o está mal, pero claro que se puede decidir y opinar. La realidad es que la prostitución conlleva que muchísimas mujeres estén viviendo unas condiciones infrahumanas, viviendo situaciones peligrosas, como es la agresión de su chulo o de un cliente “frustrado”, enfrentándose a infecciones de transmisión sexual o a las situaciones de exclusión que conlleva el estigma de ejercer o haber ejercido la prostitución. Tener esta profesión no es el deseo de casi ninguna mujer, por mucho que algunos hombres quieran pensar esto. Hoy mismo leía este artículo de una chica que durante varios años ha ejercido la prostitución y mis lágrimas caían por mis mejillas: Laurence Noelle es exprostituta y ahora se dedica a dar cursos de formación y a ser conferenciante, pero el camino de espinas que ha vivido ha marcado su presente. Ella vivió una infancia terrible, siendo abusada por su padrastro y rechazada por su madre. Tras esa vivencia llegó a los brazos de una mujer que, aunque al principio parecía cariñosa y cercana, fue la que le abocó a años de miseria y tristeza. Esa mujer la invitó a intercambiar su cuerpo por dinero y ella, menor de edad, pensó que era algo que debía hacer, porque se lo pedía alguien que la cuidaba, alguien en quien confiaba. En ese momento empezó unos años en los que vivió en el infierno. Como ella bien dice, ninguna prostituta va a decir a los clientes que lo hace sin querer, sin desearlo. Tienen que fingir desear a un hombre que busca placer gracias al dinero. Tienen que fingir desear a un hombre que utiliza la violencia para conseguir placer. Tienen que fingir desear a un hombre que necesita una relación no igualitaria, donde él sea quien domina, para sentir placer. Al final la protagonista de esta historia consiguió escapar de la prostitución gracias a varias asociaciones y a la terapia psicológica, pero la realidad es que no todas las historias tienen un final tan de cuento.
No seamos hipócritas y nos creamos la historia de que estas mujeres han elegido la prostitución porque deseaban vender su cuerpo a cambio de dinero. Ellas tienen el trabajo que tienen porque están siendo explotadas por mafias que se creen sus dueñas, o bien porque han creído que es la única opción que tienen para seguir viviendo y para muchas veces alimentar a sus hijos. Para acabar con esta lacra, la explotación sexual, hay que dejar de culpabilizar a las prostitutas, porque ellas son víctimas no culpables y castigar a las personas que trafican con ellas y a los clientes que utilizan sus servicios. Además, hay que poner en marcha programas eficientes para que tengan apoyo tanto de las instituciones como de la sociedad, dándoles el papel que se merecen como ciudadanas y ofreciéndoles la verdadera llave del bienestar: educación y trabajo.
A continuación os dejo varios links en los que podéis informaros sobre la campaña del ayuntamiento de Madrid y sobre la historia de Laurence Noelle.
http://www.20minutos.es/noticia/1983102/0/campana-antiprostitucion/clientes/ayuntamiento-de-madrid/
http://www.huffingtonpost.es/laurence-noelle/
¡Gracias por leernos!
Blanca de Lamo Guerras
Psicóloga y Terapeuta de Pareja y Sexual
El placer es nuestro