En las parejas, como en la vida, nos ponemos etiquetas, a veces positivas y otras veces negativas. Las etiquetas son una forma de agrupar la realidad, de resumir lo que nosotros vivimos y expresársela a las personas con las que convivimos. Por ejemplo, una mujer dice de su marido que “es un romántico” porque de vez en cuando le lleva flores a casa, o un hombre dice que su mujer “es maravillosa” porque le va a buscar al trabajo cuando ella sale del suyo.
Si os dais cuenta por una sola cualidad de las personas se etiqueta a las mismas dejando de lado otras cosas que componen el carácter y la forma de actuar de esas personas y, además, se toma unas cuantas ocasiones para crear esa etiqueta, sin tener en cuenta cómo se actúa todos los días. En los dos casos que hemos visto las personas han etiquetado positivamente, pero la realidad es que normalmente se etiqueta negativamente a las personas y ya no digamos si son los miembros de una pareja que está en crisis. En este último caso las personas empezamos a observamos a través de un filtro negativo que solo deja pasar lo peor de la persona que tenemos enfrente y por actos discontinuos y muy poco representativos de la realidad empezamos a pensar que “mi mujer es una irresponsable”, “mi chico es muy poco comprensivo”, “ella es muy dominante” o “él es una mala persona”. Así pues, cuando una pareja está en crisis las acciones negativas se exageran, las neutras se ven más negativas que positivas e incluso las positivas son negativas, porque por ejemplo un chico que se enamoró de su mujer por su tranquilidad y lo que le gustaba quedarse en casa empieza a pensar “es un aburrimiento de mujer” cuando ya no están en esa fase tan idílica.
El objetivo con este artículo es mostrar a las parejas a las que les está pasando esto la importancia de cambiar el filtro. Esta última expresión conlleva dar la vuelta a la forma en la que estamos viendo a la otra persona, ya que el filtro actual sólo les permite ver lo malo de esas cualidades y no sus ventajas. Un ejercicio muy sencillo es crear una tabla en una libreta o un folio, poniendo la visión negativa que estás teniendo en la actualidad de tu pareja con una característica o varias de las que consideras que tiene y en el otro lado, poner otra columna en la que suavizas esa visión negativa e incluso haciéndola positiva. Hacer este ejercicio tú solo te puede ayudar si actualmente estás teniendo algún problema con tu pareja, pero si notas que ya no tenéis herramientas para solucionarlo solos, acude a una profesional como el equipo que conformamos El placer es nuestro (hola@elplaceresnuestro.org). Aquí os pongo un ejemplo para que veáis como se realizaría este ejercicio:
FILTRO NEGATIVO
Ella es irresponsable.
FILTRO SUAVIZADO/POSITIVO
Ella es una mujer organizada y en la mayoría de los casos cumple sus obligaciones perfectamente.
Ella es más tranquila que yo, pero eso me ayuda a disfrutar del tiempo libre y dar tiempo a mis aficiones.
El reconocer que estás utilizando una visión reduccionista de tu pareja y que puedes aprender a ser flexible, ayuda a las personas a sentirse más relajadas y poder hacer una descripción más global y menos doliente que la anterior. Si nos damos cuenta, no ha sido necesario que la otra persona ni tú cambiéis la personalidad para mantener una relación más saludable y, seguramente, saber que estás intentando cambiar la forma de verle hará que tu compañero/a se sienta mejor y también comience a cambiar. Es verdad que estas modificaciones no ocurren de la noche a la mañana, sino que se necesita ser constante en este intento por reetiquetar ciertas características que habíamos empezado a ver por un filtro que no ayudaba a nuestra relación de pareja.
Blanca de Lamo Guerras
El placer es nuestro
Psicóloga y Terapeuta de Pareja